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Aimar Pérez Galí

Barcelona
1982

Sudando el discurso. Una crítica encuerpada, 2013
Performance
60 min. aproximadamente

Colección del Museu d’Art Jaume Morera
Fondo Centre d’Art la Panera


Bailarín, coreógrafo y pedagogo, Aimar Pérez Galí es un profesional de la danza contemporánea que ha desarrollado una línea de investigación en torno al movimiento, la danza y su historia que ha hecho que entrara por la puerta grande en la escena de las artes visuales. En su conferencia performativa Sudando el discurso. Una crítica encuerpada (2014), Pérez Galí hace una reivindicación sin concesiones del papel del bailarín a lo largo de la historia y, en una apropiación del concepto de «subalternidad» de Spivak, se pregunta si «pueden hablar, los bailarines», cuál es la voz y la capacidad de agencia que se les ha dado a lo largo de la historia. El artista introduce el agravio histórico que supone que el cuerpo del bailarín siempre se haya entendido como una máquina entrenada incapaz de producir un discurso propio, y desde este posicionamiento hace un repaso a los parámetros en los que se mueve la formación del bailarín, la fetichización de su cuerpo, la genealogía de su (no) posibilidad de enunciación en la historia de la danza y el hecho de que tradicionalmente esta no ha sido escrita por el propio bailarín, con su interpretación, sino por el coreógrafo, con sus creaciones, o por el crítico, con su análisis. Desde la convicción de que el bailarín no es únicamente el traductor que interpreta el texto del coreógrafo, Pérez Galí afirma: «Soy un sujeto que genera discurso en su práctica». Y añade, no sin un punto de ironía: «Pero, a diferencia de otros, a mí me suda el discurso». Un sudor que empapa la camiseta que lleva mientras declama la ponencia en medio de una coreografía perfectamente estudiada, y que termina por convertirse en el testimonio físico, el fetiche también efímero, de la acción realizada.

La inquietud para adentrarse en la historia de la danza, por un lado, y el sudor (fluido del cuerpo presuntamente peligroso por su capacidad de contagiar), por el otro, se convierten en los elementos que Aimar Pérez Galí retomará en The Touching Community (2016), un proyecto con el que se propone estudiar el impacto del sida en el mundo de la danza en España y en Latinoamérica durante las décadas de los ochenta y noventa. Se trata de un trabajo complejo, que puede adquirir varios formatos: el de un montaje escénico fundamentado en la técnica del contact improvisation, a partir de la cual los bailarines comparten los centros de gravedad de sus cuerpos y, con el gesto de invadir los respectivos espacios de intimidad y tocarse unos a otros, bajan también la barrera de la inmunidad; el de una lectura performativa de una conferencia de Jon Greenberg en la que habla de su experiencia de aprender a convivir con la enfermedad y que de algún modo se convierte en un homenaje al artista Pepe Espaliú, víctima del VIH; o el de la instalación artística que se puede observar en el marco de la Biennal, una compilación de cartas que pone a disposición del visitante, en las que el artista se dirige a algunos de los bailarines que a lo largo de estos veinte años murieron por causa del virus y revisa con ellos, con una actitud de complicidad, la historia de sus vidas, de unas vidas que terminaron demasiado pronto.

Fotografía: José Caldeira