Saltar al contingut Saltar a la navegació

Itziar Okariz

Donostia
1965


Diario de sueños: 8 diciembre - 12 diciembre 16, 2016
13'20 min.

Diario de sueños: 20 noviembre 16 - 10 enero 17, 2016 - 2017
5 impresiones sobre paper Hahnemühle
84,1 x 59,4 cm

Colección del Museu d’Art Jaume Morera
Fondo Centre d’Art la Panera


Tal vez uno de los referentes más nítidos de las prácticas performativas contemporáneas, Itziar Okariz no oculta nunca su formación en escultura en la Universidad del País Vasco; no en vano, la tradición artística de su lugar de origen y la fuertemente arraigada noción de territorio que comparte con sus compañeros de generación son pautas visibles e ineludibles para entender toda su obra. Cuando el arte insiste en posiciones inmateriales que aluden a la condición líquida de nuestro tiempo, cuando se imponen discursos que relacionan la deriva de la tecnología a la luz del tardocapitalismo con las dinámicas en torno al cuerpo, comprobamos, sin sorpresa, que Itziar Okariz llevaba ya tiempo aquí.

En 2016, Okariz inició su serie Diario de sueños (2016–2017), impresiones sobre papel que muestran la transcripción de sus sueños. El texto se hace visible en función del recitado de la artista, con palabras sumadas y luego restadas en sucesivas líneas, y el sueño deviene forma abstracta. En sus sueños, Okariz abre una línea de trabajo en apariencia novedosa que mana, sin embargo, de la fuente discursiva que ha alimentado toda su obra, porque no es difícil asociar de inmediato estos trabajos a la impronta performativa y escultórica que la nutre. Como en su célebre Irrintzi, un signo, una unidad mínima indivisible que en este caso es la palabra, coge vuelo y progresa en el espacio. La forma va haciéndose con la acumulación de las palabras y crece en el espacio —ahora, el plano bidimiensional del papel—. El lenguaje determina la forma; su inexistencia, que no es sino el olvido del sueño, produce un vacío. Se alternan, así, las nociones de «vacío» y «lleno», tan ligadas a la práctica escultórica, del mismo modo que a lo largo de su trabajo se ha oscilado con decisión entre lo particular y lo general, entre lo universal y lo específico. Es, por tanto, amplio y elástico, el medio que trabaja Okariz, con la tensión entre consciencia e inconsciencia alojada ahora en el tránsito entre lo audible, lo decible y lo visible.