Saltar al contingut Saltar a la navegació

DIS. Joan Codina

Joan Codina trabaja desde Guissona, en el corazón de la Segarra. El paisaje de estas tierras de secano forma parte de sus acciones, que toman el texto como herramienta para hacernos reflexionar sobre unos entornos a veces olvidados. Nos recuerda que estos parajes los podemos contemplar gratuitamente a pesar de que vivimos en un mundo gobernado por el consumismo rampante. También nos invita a degustar los frutos de estas tierras pero, desde la ironía y la mordacidad, nos dice que no todo es comestible: las piedras, como las almendras, a veces pueden ser amargas. Igualmente, la palabra acompaña a sus hombres decapitados, malheridos, atormentados, confundidos, inquisitivos…, que en el fondo nos retornan una imagen de nosotros mismos. A veces nos pueden herir, pero es una punzada que activa directamente el pensamiento. Son seres que reflexionan sobre la vida, el arte y las miserias humanas. Siempre desde la simplicidad: trazo negro sobre blanco, igual que las grafías antropomórficas que se extienden en largas hileras por dibujos, pinturas y esculturas de Benet Rossell, que paseó una algarroba por Nueva York y plantó una almendra megalítica en la plaza del Escorxador de Lleida.

Ficheros